Discusión sobre este post

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Avatar de Emi

Muy buen artículo, Edu. Es fácil comulgar con tu visión de la vida «demasiado rápida» y el estrés cotidiano al que nos vemos sometidos.

Precisamente este último es el elemento que, creo, tiene mayor importancia y que pone en jaque tu bondadosa lectura. Detenerse, disfrutar de los pequeños momentos, saborear las bellezas minúsculas… son cosas que requieren de un estado anímico «secuestrado» por nuestras condiciones materiales. Soy firme defensor del poder que tenemos para controlar nuestros afectos, pero también de la dificultad que ello implica; y quizá el mayor escollo que nos encontramos es la falta de momentos de paz.

Es fácil apelar a detenerse, a mirar, a contemplar con atención, pero en muchos casos, por desgracia, es casi imposible dadas las rutinas y sinergias que la sociedad impone. Creo que es importante señalar (y esto no invalida tu tesis en absoluto) que el entorno y las condiciones que impone son fundamentales para cambiar el estilo de vida.

Un saludo.

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Avatar de Clara Síem

Edu, me ha encantado tu pequeña lista de detalles cotidianos en los que ves esa Belleza que le da el sentido y el goce a la vida. Justo estoy escribiendo un pequeño librito sobre las pequeñas-grandes cosas que, según mi sentir, hacen que la vida valga la pena. Y tu listado es, al mismo tiempo, similar pero distinto del mío. Me ha gustado mucho entrever en tus palabras en qué ves tú la Belleza.

Por otra parte, suscribo palabra por palabra tu reflexión sobre la necesidad de ir más despacio para poder apreciar todos esos detalles. A toda velocidad, ya sea externa o interna (mental), la Belleza pasa desapercibida.

Creo que el problema (o uno de ellos) es, como decía Emi en su comentario, que lo de la velocidad excesiva es un problema estructural de nuestra forma de vida actual. Cada uno/a de nosotros podemos esforzarnos en desacelerar hasta cierto punto, pero sólo hasta donde lo permiten nuestras obligaciones y presiones insoslayables. Que suelen ser, a pesar de todo e incluso tras reducirlas a su mínima expresión, demasiadas como para poder ir realmente slow por la vida. O esa es mi impresión.

Hablo desde mi sesgo personal, también te digo, de ser una persona muyyyy lenta para todo.

Yo, para poder llevar una vida realmente relajada teniendo en cuenta y respetando mi velocidad natural, (que como ya he dicho, es LEEEEEENTAAAAAA.....😄) al final tuve que dejarlo todo, marcharme al campo, y decrecer progresivamente hasta la mínima expresión en todos los sentidos (tareas cotidianas, compromisos sociales, ambiciones profesionales, posesiones materiales, consumo... etc, etc.). Hoy en día puedo decir que vivo realmente "slow" y sin ansiedad, pero el coste y el sacrificio fue grande. Tuve que cambiar de arriba a abajo todos los aspectos de mi vida.

Pero insisto, este es sólo mi caso personal.

¿Tú qué opinas? ¿Sientes que estás logrando llevar una vida lo suficientemente "slow" según vas simplificando tareas y decreciendo?

Gracias por poner estos temas sobre la mesa. Me parece muy positivo que surjan debates así y que reflexionemos todos juntos. Y aquí en Substack el clima es propicio para este tipo de conversaciones.

Un abrazo Edu! 🌾

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