17 Comentarios

Muy buen artículo, Edu. Es fácil comulgar con tu visión de la vida «demasiado rápida» y el estrés cotidiano al que nos vemos sometidos.

Precisamente este último es el elemento que, creo, tiene mayor importancia y que pone en jaque tu bondadosa lectura. Detenerse, disfrutar de los pequeños momentos, saborear las bellezas minúsculas… son cosas que requieren de un estado anímico «secuestrado» por nuestras condiciones materiales. Soy firme defensor del poder que tenemos para controlar nuestros afectos, pero también de la dificultad que ello implica; y quizá el mayor escollo que nos encontramos es la falta de momentos de paz.

Es fácil apelar a detenerse, a mirar, a contemplar con atención, pero en muchos casos, por desgracia, es casi imposible dadas las rutinas y sinergias que la sociedad impone. Creo que es importante señalar (y esto no invalida tu tesis en absoluto) que el entorno y las condiciones que impone son fundamentales para cambiar el estilo de vida.

Un saludo.

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Muchas gracias por tu comentario, Emi. Me ha gustado mucho cómo lo enfocas.

La falta de momentos de paz, además de ser la gran plaga de nuestro tiempo (entre otras), es muy difícil de evitar, máxime conforme la vida avanza y las obligaciones agobian. Totalmente de acuerdo con eso.

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Edu, me ha encantado tu pequeña lista de detalles cotidianos en los que ves esa Belleza que le da el sentido y el goce a la vida. Justo estoy escribiendo un pequeño librito sobre las pequeñas-grandes cosas que, según mi sentir, hacen que la vida valga la pena. Y tu listado es, al mismo tiempo, similar pero distinto del mío. Me ha gustado mucho entrever en tus palabras en qué ves tú la Belleza.

Por otra parte, suscribo palabra por palabra tu reflexión sobre la necesidad de ir más despacio para poder apreciar todos esos detalles. A toda velocidad, ya sea externa o interna (mental), la Belleza pasa desapercibida.

Creo que el problema (o uno de ellos) es, como decía Emi en su comentario, que lo de la velocidad excesiva es un problema estructural de nuestra forma de vida actual. Cada uno/a de nosotros podemos esforzarnos en desacelerar hasta cierto punto, pero sólo hasta donde lo permiten nuestras obligaciones y presiones insoslayables. Que suelen ser, a pesar de todo e incluso tras reducirlas a su mínima expresión, demasiadas como para poder ir realmente slow por la vida. O esa es mi impresión.

Hablo desde mi sesgo personal, también te digo, de ser una persona muyyyy lenta para todo.

Yo, para poder llevar una vida realmente relajada teniendo en cuenta y respetando mi velocidad natural, (que como ya he dicho, es LEEEEEENTAAAAAA.....😄) al final tuve que dejarlo todo, marcharme al campo, y decrecer progresivamente hasta la mínima expresión en todos los sentidos (tareas cotidianas, compromisos sociales, ambiciones profesionales, posesiones materiales, consumo... etc, etc.). Hoy en día puedo decir que vivo realmente "slow" y sin ansiedad, pero el coste y el sacrificio fue grande. Tuve que cambiar de arriba a abajo todos los aspectos de mi vida.

Pero insisto, este es sólo mi caso personal.

¿Tú qué opinas? ¿Sientes que estás logrando llevar una vida lo suficientemente "slow" según vas simplificando tareas y decreciendo?

Gracias por poner estos temas sobre la mesa. Me parece muy positivo que surjan debates así y que reflexionemos todos juntos. Y aquí en Substack el clima es propicio para este tipo de conversaciones.

Un abrazo Edu! 🌾

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Qué espectáculo de comentario, Clara. Muchas gracias. Sería muy interesante un artículo tuyo sobre esa experiencia de "dejarlo todo atrás" para aprender a vivir más lentamente.

Conforme a tu pregunta, yo no vivo todo lo "slow" que me gustaría. Es más, considero que estoy en los primeros estadios de cambio. Hace relativamente poco me di cuenta de que la vida más lenta era más disfrutable, y trato de hacer lo posible (dentro de la vida de un autónomo, imagínate) para vivir así. Pero ya te digo, me queda muchísimo más camino por delante del que llevo recorrido. Gracias de nuevo, Clara. Un comentario precioso.

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A lo mejor sí que debería escribir sobre ello, Edu. Tal vez tengas razón, lo voy a pensar. 🤔 El tema es que aún estoy experimentando con hasta dónde hablar de mí misma en mis cartas. Pero gracias por la idea, es buena. 😊

Pues si estás en el camino hacia una vida más lenta y disfrutable, es cuestión de tiempo que lo logres, Edu. Te costará más o menos ajustes y sacrificios, y lo harás a tu forma, pero lo conseguirás. Creo que este camino es de sentido único, una vez que te metes en él y empiezas a quitarte estreses y a ganar en calidad de vida, no vuelves hacia atrás por nada del mundo. (Me parece a mí).

Y *muchas* gracias por tu respuesta! Me has ayudado a quitarme a la voz autocrítica que siempre se me echa encima cuando escribo un comentario más bien largo... GRACIAS, Edu. 🙏🙏

Un abrazo!

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Edu, se ve que este tema nos está haciendo reflexionar mucho a todos. Quizá esa "parada" que fue el confinamiento y todo lo que vivimos con el coronavirus ( al que podemos llamar El Innombrable, como a Voldemort, porque qué trabajito cuesta hablar del tema con alguien ), nos ha hecho más conscientes del ritmo loco este que llevamos. Te invito, si te apetece a leer este post que escribí justo la semana pasada https://unteconlaura.substack.com/p/el-tiempo-entremedias

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Me ha encantado lo de El Innombrable. También me dejó "tocado" esa época tan fea. Gracias por tu comentario y por la recomendación. Ten por seguro que la leeré.

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Pues gracias a tu artículo, deliciosamente escrito, hoy miraba a las gaviotas en la playa como tú miras al gato de camino a casa de tus padres. Las veía ahí, sentadas en la misma postura durante horas mirando al mar. ¡Y nos creemos que hemos inventado nosotros el mindfulness y la meditación!.

¡Cuánto mensajes valiosísimos podemos aprender de los animales y de la naturaleza! Es porque cada vez conecto más con entornos naturales que siento que este estilo de vida está ya obsoleto, porque no es sostenible. Somos muchos ya haciendo esos pequeños cambios, estoy segura que poco a poco, se irán haciendo más perceptibles y generalizados. ¡Ánimo en ese camino!

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Gracias por esta carta de buenos días. Imprescindible ❤️

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A ti por el comentario, Isabel :)

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sep 15·editado sep 15Gustado por Edu PE

Hola Edu. Me he visto reflejado en tu miedo. Tu carta es un buen recordatorio de que la contemplación no está reñida con la productividad. Esa idea me ha dado qué pensar. En un mundo que nos exige tanto en términos de logros, olvidamos que es posible —y necesario— equilibrar el hacer con el ser. Me encanta cómo sugieres que ambas facetas son compatibles: la vida lenta y el éxito profesional, el disfrute y el trabajo. Es una verdad tan sencilla como poderosa. Es cierto, podemos deleitarnos en lo improductivo y seguir avanzando en nuestras metas. De hecho, diría que esos momentos de contemplación, o de «vida lenta», son el combustible que mantiene viva la llama creativa y la motivación. Al menos lo es en mi caso.

No puedo evitar pensar en el estoicismo, una filosofía que me acompaña y me ha enseñado tanto sobre la vida. Marco Aurelio, en sus Meditaciones, hablaba de la importancia de estar presente, de no dejarse arrastrar por el ruido exterior ni por las urgencias del día. Como tú bien expresas, es fácil caer en la trampa del piloto automático, pero el verdadero reto es detenerse, respirar, y ser consciente de cada pequeño milagro que sucede a nuestro alrededor. La vida no nos espera, y, como dices, cada uno de esos momentos es irrepetible.

Gracias por recordarnos que no es solo cuestión de «hacer más», sino de «ser más» en cada pequeño instante. 🤗

P.D.: Mi gata Maia es mi profesora de la vida lenta, del saber estar, de la tranquilidad y del disfrutar de las cosas sencillas. ❤️

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Hola, Jaime! Podrías añadir tu comentario como párrafo a mi post. No puedo estar más de acuerdo. Y llevas razón, al fin y al cabo son reminiscencias del estoicismo, estoy seguro.

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Pero no es mejor cambiar?

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Es decir, no está en la naturaleza de ir despacio hacer cosas distintas muchos días, y no volver a casa a la misma hora? Salvo que te estén esperando tus hijos, o una mujer maravillosa, o una lectura excelente, o un boletín que completar ...

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Muy bella carta, entre todo lo que hacemos siempre hay detalles en nuestro día a día que haríamos bien en ponerles atención, dejar de simplemente comportarnos como autómatas y disfrutar del ser humanos .

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Agradecido como siempre, Josue. Me alegro de que te guste.

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¡Excelente artículo! No lo había terminado de leer por ese pequeño detalle de la velocidad en la que vivimos. Siempre me preguntó si en el momento en que yo me detengo a mirar hacia arriba, ver el cielo, las nubes, el sol, los colores del amanecer o del atardecer, hay alguien más haciendo exactamente lo mismo que yo. Nos perdemos de los pequeños detalles que nos presenta la vida y nos vemos inmersos en una rutina que nunca para.

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