13 Comentarios

Qué hermosa tu forma de sentir a tus raíces, Edu. Me causas una sana envidia, y me alegro por ti. Todas las personas que conozco con un sentimiento parecido al tuyo respecto a las raíces, sois gente muy sana. En sentido amplio, me refiero.

Yo soy una de esas personas que mencionas en el texto cuyas raíces no se sienten refugio nutridor, sino lugar hostil del que hay que protegerse. Y veo una tendencia a no saber cómo ni dónde echar raíces, en las personas con una experiencia similar (me incluyo a mí misma en esto).

Al final, en casos así nos vemos forzados a buscar y hacer raíz en nuestro propio centro, en nuestro corazón, por decirlo así, y desde ahí extender las raicillas hacia afuera, hacia personas y lugares que convertimos en hogar a fuerza de volcarles amor.

Además también se hace necesaria una reconciliación interna con las raíces, para no estar en lucha con una parte que es tan importante de uno mismo (como tú bien señalabas). Con la aceptación viene la posibilidad de tomar lo bueno que hay en las raíces, que siempre hay cosas rescatables, aunque el resto deba ser desechado o transmutado.

Gracias por sacar temas tan interesantes (al menos para mí), y hacerlo siempre de una manera tan limpia. 😊🙏🏼

Un abrazo!

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Clara, un millón de gracias por tu comentario. Tu forma de comentar siempre es enriquecedora y agradable. Uno se siente fenomenal observando que lo que ha escrito de verdad ha sido leído y sopesado por otra persona, y eso lo transmites maravillosamente con cada comentario.

Con respecto a lo que comentas, estoy seguro de que las raíces son algo que también puede construirse. No creo que solo puedan considerarse como tal esas circunstancias que están ahí de siempre. Porque el “siempre” puede empezar hoy. Un abrazo :)

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Muchas gracias a ti, Edu. Me quedo con tu última frase, de regalo. El "siempre" puede empezar hoy. 😍

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Para mí las raíces son mis padres, mis amigas de siempre, las de aquí y las de allá, mis abuelos en su día; pero sin importarme lo más mínimo dónde están esas raíces. Quiero decir, el lugar. Yo siempre vuelvo a mi hogar, pero porque allí está mi casa con mis padres, mis amigas de siempre; y volvería igual estuviera en Puertollano (como es el caso, pueblo q es lo más feo y no me gusta en muchos aspectos) o en Pernanbuco. Igual que vuelvo a Madrid porque están mis amigas desde hace 20 años, 10... a pesar de ser una ciudad odiosa, inhumana, que cada día me pesa más. Entonces para mí las raíces son las personas, no los lugares 😊

Me gustó mucho leerte y la reflexión, Edu. ¡Gracias una vez más!

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Pienso bastante como tú. Aunque en mi caso las raíces también tienen un fuerte componente geográfico, estoy seguro de que, si las personas que considero como tal se fueran a otro lado, ese otro lado pasaría a enraizarse en mí como el primero. Las personas están antes, mil veces.

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Sin duda, las raíces son algo esencial en nuestra vida. Incluso te diría que también las raíces de nuestros padres, que nos inoculan su amor por sus orígenes. Y tú lo expresas perfectamente en tu escritura. Enhorabuena!

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Gracias por tu comentario, Joaquín. Por supuesto, las raíces tienen cierto halo hereditario, y se transmiten generación tras generación. Abrazo :)

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Qué artículo más bonito. Me ha resonado todo. Yo también noté esas raíces al salir de mi pueblo para ir a la universidad, y en los momentos más difíciles de mi vida, volver ha sido un bálsamo.

Últimamente pienso mucho en eso, en cómo el origen es un lugar seguro (afortunadamente, en mi caso). Hace tiempo que, además, siento que el Madrid que conocí ya no es lo que era, mientras que mi pueblo sigue ahí, imperturbable.

Leyéndote he recordado que escribí un texto precisamente sobre lo sanador de las raíces, voy a buscarlo para ver si ha cambiado mucho la perspectiva.

Gracias por esta reflexión, necesitaba leer algo así un día como hoy 💛

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Muchísimas gracias por tu comentario, Carmen. A veces percibimos que los sitios cambian, pero estoy convencido de que los que cambiamos somos nosotros.

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Pues es una forma de verlo que no me había planteado. Quiero escribir algo sobre este tema y es una perspectiva a tener en cuenta, mil gracias:) Nos leemos!

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¡Hola! Nueva por aquí leyéndote con mucho placer 🙂 "Las raíces...", uuufff, es un tema recurrente entre mis pensamientos y sentimientos. Como argentina, entiendo que es una temática que nos atraviesa a todos en este país, somos una sociedad bastante nostálgica y orgullosa de nuestras raíces (algo que, en muchas ocasiones, nos es contraproducente). Tus palabras me movilizaron y me llevaron, una vez más, a la reflexión. Gracias por eso.

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Gracias a ti por tu comentario, Lourdes. Nunca termino de acostumbrarme que los escritos que pongo por aquí viajen más kilómetros de los que yo viajaré jamás y remuevan a personas del otro lado del mundo. Abrazo :)

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Lo has clavado. Tener claras las raíces, saber que ahí es donde la seguridad es estado permanente, es tener un salvavidas. Como en el parchís cuando te toca la casilla del seguro.

Yo tengo las mías. Muy claras. La familia, amigos, lugares y pelis y libros que me han moldeado. Pero creo que también son raíces aquellos que, por desgracia, te dolieron y te forjaron a reconstruirte.

Y hay algo en lo que has profundizado poco y que a mí me angustia sobremanera. El ser raíces de alguien. Por circunstancias de la vida, pienso que no seré raíz de nada ni de nadie. Es triste pero es así. Y duele.

Pero eso son historias mías.

Me ha encantado la newletter. Me ha dado que pensar y me ha hecho click para escribir sobre las mías propias. Gracias

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