11 Comentarios
jun 14Gustado por Edu PE

Interesante tema, desde México te comento que se encuentra el gobierno igual que como lo describes, son maniqueístas, estas conmigo o estás contra mi. No hay matices, te encasillan en sus packs ideológicos y esta polarización nos hace limitar nuestro actuar, pensar y decidir. Al día de hoy ha afectado incluso en la salud mental, donde las familias se ofenden y separan, no por pensar diferente, sino por defender a un político. Hoy hay tanta neblina ideológica que difícilmente sabemos qué es lo que le conviene al país, optamos por el individualismo y que cada quien se rasque como pueda. Felicidades por tocar estos temas que estamos a nada de que se vuelvan tabú. Te mando un abrazo.

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Muchas gracias por tu comentario, Edgar. No sé si es bueno o malo que el otros países ocurra lo mismo. Me planteo que sea bueno, porque así no es cosa únicamente de España. Pero luego pienso que es malo, porque realmente observo que este mal que detecto es algo coyuntural a montones de países. Abrazo!

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Claro que da gusto encontrarse gente que comparta tus ideales, pensamientos y creencias. Eso he sentido yo leyendo esto. Pero claro que yo puedo, a lo mejor no ser amiga, porque eso pende de muchísimas cosas más, no sólo la ideología, pero hablar y debatir y conversar con personas de cualquier ideología. Quien esté fuera de eso creo que no está sano de la azotea, sinceramente.

Con lo bonito que es, además, conocer los puntos de vista ajenos, para ver si encuentras nuevas pistas en ellos sobre la persona que tú eres.

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Estoy totalmente de acuerdo, María. Creo que este afán por vivir tan deprisa, tan sin pensar, tiene entre otras consecuencias esta insana delegación del pensamiento y la opinión en otros: en profesionales que usan la ideología como herramienta para confrontar. Así es imposible.

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Y ya no hablemos de la politización de la cultura, del idioma… De cosas que son de todos. Aquí en Galicia pasa mucho.

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Y en Andalucía, te lo aseguro 😅

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Como bien lo escribes, tratamos de caer siempre en algún bando. Izquierda o derecha, conservador o liberal, blanco o negro; pero la realidad es que somos más una mezcla: intermedios en dos extremos.

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Por supuesto. Me gusta ver que no estoy tan solo en este pensamiento. Somos un abanico de grises, y encasillarnos en un equipo por facilidad mental es simplificar la realidad demasiado.

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Estoy completamente alineado con lo que expones, Edu. Nos parecemos mucho.

Yo hace años que dejé de practicar mi derecho al voto. Ahora mismo me asquea la política y todo lo que representa. Soy demócrata, si, pero que creo que la democracia está en crisis desde hace ya unos cuantos años. ¿Realmente la soberanía reside en el pueblo? ¿Realmente gobierna el país quién gana unas elecciones? En muchos casos no. Ya, lo sé. Es todo algo más complejo...

Yo veo a nuestros representantes en las instituciones, sean del bando que sean, y siento vergüenza de lo que veo, de cómo de comportan. Y si ése es el nivel que tenemos, sinceramente no quiero pertenecer a nada.

Yo practico el pensamiento crítico con vehemencia. Me gusta estar informado desde todos los ángulos, y eso me granjea algún que otro problema a veces. Por ejemplo, cuando se trata de Rusia, leo a medios rusos, sigo a personas que viven en Rusia. Lo mismo hago con China. Imagínate cuando a mi alrededor empiezan a decir burradas, lo típico que todo el mundo opina, todos van a una misma corriente... Pero si yo opino algo que pueda, aunque sea de lejos, "defender" o estar aparentemente en desacuerdo con ciertos aspectos de lo que ocurre en el mundo... pues ya la tengo montada. Y eso que a mí me gusta argumentar lo que pienso y por qué lo pienso. Pero en general la gente no quiere ni que le expliques nada... porque luego pasas también a ser el pesado que todo lo sabe o todo lo entiende...

¿Conclusión? Pues nada claro, por desgracia. Yo seguiré teniendo mi opinión de las cosas, pero cada vez me la guardo más para mí. Solamente puedo hablar de estas cosas con un amigo. Y porque con él puedo hablar con tranquilidad y explicarme y aunque no tenemos la misma ideología, es un placer intercambiar ideas con alguien que respeta tu opinión y no te "encapsula" en un bote con la etiqueta de "facha" o "rojo". Eso hace honor a tu última frase, que me ha encantado: yo prefiero a alguien cercano con el que discrepar, que a alguien desconocido con el que estar de acuerdo.

Gracias por estar. ❤️

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Hola, Jaime. Muchas gracias, primero de todo, por tu comentario. Tan completo y complejo como de costumbre. Estoy de acuerdo con todo lo que dices, y me quedo con un detalle concreto: la gente no quiere escuchar argumentos. Creo que esto es porque los argumentos implican pensamiento por su parte por ser entendidos, y hay muchas personas que han "delegado en terceros" su forma de pensar. Las cosas están bien porque lo dice X, o están mal porque lo dice Y. Y si mañana se contradicen, pues se acata dicho cambio y aquí no pasa nada. No me gusta esta forma tan... "automática" de vivir. Prefiero comerme la cabeza aunque, como comentas, cada vez me guardo más mis pensamientos. De hecho, todo este jaleo tan enorme en el que vivimos inmersos me provocó más de un problema en Twitter, por lo que huí despavorido de allí, y gracias a Dios que encontré este remanso de Substack.

Aquí (no hay más que ver los dos comentarios que acabamos de intercambiar), la gente argumenta y dialoga más lentamente. Y eso enriquece.

Saludos, Jaime. Nos leemos!

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Siempre es un placer comentar puntos de vista contigo Edu. Es lo que dices, no abunda el que te escuchen (te lean en nuestro caso) y que respeten tu postura. Twitter hace ya tiempo que es caso perdido. Es un campo de batalla.

Yo creo que argumentar tus ideas es bonito. Escuchar los argumentos del contrario te hace aprender, y hasta te hace cambiar de opinión si entiendes que estás equivocado... Eso es lo bonito de mantener una discusión o una conversación. De que no se trata de que lo mío es mejor que lo de nadie. Se trata de aprender de los demás y con los demás. El hecho de no aceptar argumentos cierra las puertas a todo eso. Lo simplifica y lo reduce a lo que tú tan magníficamente has expuesto en esta carta. Si no podemos ejercitar nuestro pensamiento crítico... ¿qué nos queda? Nada. Seguir a la manada y que sea lo que Dios quiera. Yo me niego.

Edu, no sé lo que nos durará este remanso de tranquilidad, espero que mucho. Siempre es gratificante aprender de los demás. ¡Que eso no nos lo arrebaten nunca!

¡Nos leemos!

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