Serotonina es lo que podríamos decir cómo el otro lado de la dopamina.
La dopamina es la que recibes y tu cerebro pide más y más y no hay fin. El cerebro la percibe cómo esto se siente bien y necesito más.
La serotonina es cuando usualmente das algo y te sientes bien por ayudar a alguien más o a ti mismo. El cerebro la recibe cómo esto se siente bien y es suficiente.
Yo también hace poco borré todo. Iba a dar un paso más y también borrar las apps de mensajes porque siento que los allegados, amigos y compañeros solo las usan para cumplir una cuota de 'cercania', cómo en las redes donde en lugar de amigos (así lo sean en la vida real) son más que nada seguidores.
No he podido aun borrarlas y hacer que se use el teléfono y conectar con esas personas así por medio del habla. Me han salido temas del trabajo que aun tiene que ser tocados por esas apps de mensajería.
Las apps de mensajería, al menos en mi vida, son necesarias. Me gusta mantener un contacto más o menos asiduo con determinadas personas, y además me parecen una herramienta que, bien usada, es de lo mejor que tenemos. También las necesito para trabajar.
Pero las redes sociales... eso es otro mundo. De hecho, ya te digo, suscribo punto por punto lo que escribí en este post, que ya tiene su tiempecito.
Lo he hecho varias veces y doy fe de sus resultados. Eventualmente volví a Instagram e intento manejarlo con cuidado, ya que aún me representa una fuente significativa de conexiones para mi publicación (particularmente para el podcast).
Como bien mencionas, creo que se trata de probar distintas configuraciones y quedarse con la que mejor nos haga sentir.
Entiendo que no te vayas del todo, máxime si te hacen falta para dar publicidad a tu proyecto. En mi caso, ya que lo que escribo es puramente personal, no necesito que lo lea mucha gente (que ojalá que llegara a millones) de modo que me he ausentado al 100% de las redes. Me siento liberado.
Justo me estoy leyendo estos días el libro El Arte de Pensar, y habla de un término muy similar al que comentas de salud mental preventiva. Es necesario, estoy de acuerdo.
Aquí una que a veces es “casi adicta” a las redes. Digo a veces; porque es por temporadas en las que me veo como autómata dando al dedito y perdiendo horas en una red (en mi caso es Instagram) que más que sumarme, en esos momentos me sumerge en un pozo de auto desconfianza, comparación y sentimiento de escasez (como si todo me faltase y mi vida no fuese tan perfecta 🙃). Lo escribo y me apena, pero también sé que escribirlo fortalece el hecho de que cada vez soy más consciente y esos momentos “casi de adicción” son cada vez menos, más cortos, menos intensos… y digo casi, porque como tu soy capaz -con una decisión- de alejarme de ella complemente y sin tener “mono”, por un par o tres semanas, para ese detox que me devuelve a mi centro. Está es una de las tentaciones de las que hablo justo en la bitácora de esta semana.
Y sabes? Cada vez somos más con esta sensación de malestar que sentimos en las redes. Y muchos llegamos aquí como huyendo de alguna forma de ellas.
Te felicito por haberlas cerrado. Yo lo máximo que hice fue cerrar una anterior. Abrir una nueva de cero y limitar a menos de 50, a las personas a las que sigo ahí.
Serotonina es lo que podríamos decir cómo el otro lado de la dopamina.
La dopamina es la que recibes y tu cerebro pide más y más y no hay fin. El cerebro la percibe cómo esto se siente bien y necesito más.
La serotonina es cuando usualmente das algo y te sientes bien por ayudar a alguien más o a ti mismo. El cerebro la recibe cómo esto se siente bien y es suficiente.
Yo también hace poco borré todo. Iba a dar un paso más y también borrar las apps de mensajes porque siento que los allegados, amigos y compañeros solo las usan para cumplir una cuota de 'cercania', cómo en las redes donde en lugar de amigos (así lo sean en la vida real) son más que nada seguidores.
No he podido aun borrarlas y hacer que se use el teléfono y conectar con esas personas así por medio del habla. Me han salido temas del trabajo que aun tiene que ser tocados por esas apps de mensajería.
Las apps de mensajería, al menos en mi vida, son necesarias. Me gusta mantener un contacto más o menos asiduo con determinadas personas, y además me parecen una herramienta que, bien usada, es de lo mejor que tenemos. También las necesito para trabajar.
Pero las redes sociales... eso es otro mundo. De hecho, ya te digo, suscribo punto por punto lo que escribí en este post, que ya tiene su tiempecito.
Lo he hecho varias veces y doy fe de sus resultados. Eventualmente volví a Instagram e intento manejarlo con cuidado, ya que aún me representa una fuente significativa de conexiones para mi publicación (particularmente para el podcast).
Como bien mencionas, creo que se trata de probar distintas configuraciones y quedarse con la que mejor nos haga sentir.
Entiendo que no te vayas del todo, máxime si te hacen falta para dar publicidad a tu proyecto. En mi caso, ya que lo que escribo es puramente personal, no necesito que lo lea mucha gente (que ojalá que llegara a millones) de modo que me he ausentado al 100% de las redes. Me siento liberado.
Doy fe de que el contraste es tan poderoso que tendríamos que hacer esto como forma de salud preventiva : )
Justo me estoy leyendo estos días el libro El Arte de Pensar, y habla de un término muy similar al que comentas de salud mental preventiva. Es necesario, estoy de acuerdo.
Aquí una que a veces es “casi adicta” a las redes. Digo a veces; porque es por temporadas en las que me veo como autómata dando al dedito y perdiendo horas en una red (en mi caso es Instagram) que más que sumarme, en esos momentos me sumerge en un pozo de auto desconfianza, comparación y sentimiento de escasez (como si todo me faltase y mi vida no fuese tan perfecta 🙃). Lo escribo y me apena, pero también sé que escribirlo fortalece el hecho de que cada vez soy más consciente y esos momentos “casi de adicción” son cada vez menos, más cortos, menos intensos… y digo casi, porque como tu soy capaz -con una decisión- de alejarme de ella complemente y sin tener “mono”, por un par o tres semanas, para ese detox que me devuelve a mi centro. Está es una de las tentaciones de las que hablo justo en la bitácora de esta semana.
Y sabes? Cada vez somos más con esta sensación de malestar que sentimos en las redes. Y muchos llegamos aquí como huyendo de alguna forma de ellas.
Te felicito por haberlas cerrado. Yo lo máximo que hice fue cerrar una anterior. Abrir una nueva de cero y limitar a menos de 50, a las personas a las que sigo ahí.
Veremos…