¿Cómo organizo mi móvil para usarlo de forma menos nociva y más productiva?
En este post te explico cómo he organizado mi móvil para usarlo de forma menos impulsiva, más consciente y productiva e igualmente entretenida.
El mal uso del teléfono móvil, o mejor dicho, su uso descontrolado, es un tema que me trae de cabeza. Me gusta mucho la tecnología, pero desde hace un tiempo noto que me ha adelantado por la derecha. Además, tener a la mano un dispositivo tan potente y lleno de posibilidades como el móvil, no hace más que multiplicar por mil esa sensación.
Las horas perdidas viendo shorts o tiktoks no van a ningún sitio, y la sensación de resaca que se me queda cuando me “despierto” y vuelvo al mundo real me resulta deprimente. Es por eso que hace un mes decidí cambiar mi relación con el móvil. Pensé en la cantidad de posibilidades que desaprovecho por cada puñado de minutos perdidos en esa gratificación instantánea y falsa que nos crean las redes sociales, y me propuse limitar los cometiempos digitales para cambiarlos por oportunidades útiles e igualmente divertidas.
En este post te explico cómo he organizado mi móvil para usarlo de forma menos impulsiva, más consciente y productiva e igualmente entretenida.
Voy a centrar este artículo en móviles Android, porque es lo que yo uso. De todos modos, creo que la mayoría de cosas pueden hacerse en iOS.
Que conste que yo no gano dinero si os descargáis las aplicaciones que recomiendo. Lo hago porque creo que, de verdad, pueden ser útiles.
Reduce las tentaciones visuales con un pack de iconos
Para evitar que los jugosos logos de Instagram o Twitter (perdón, ahora llamado X) me hagan pinchar demasiadas veces, uso un pack de iconos en todo el teléfono que reduce a la mínima expresión los colores de los mismos. De hecho, yo he llevado esta práctica a la enésima potencia, porque uso la aplicación “Whicons”. Es gratuita, y pone todos los logos de las apps de un estético color blanco.
Este cambio es muy efectivo para reducir las distracciones y el click fantasma (ese que doy sin darme cuenta, y me somete a varios minutos de scrolling sin sentido ni intención).
Si te parece demasiado pasar de un teléfono colorido a uno con iconos blancos, puedes buscar otras opciones menos extremas, pero mi recomendación es que reduzcas los colores chillones y llamativos al máximo. Los iconos de las aplicaciones están diseñados para hacernos pulsar en ellos casi sin darnos cuenta, y de esta forma reducimos mucho la posibilidad de acceder a ellas de forma inconsciente.
Cambia de launcher y obtén un móvil más minimalista
Un launcher (o lanzador de aplicaciones) es una aplicación que cambia toda la interfaz del teléfono, esto es, todas las pantallas con las que generalmente interactuamos en el día a día. Hay multitud de opciones y la gente hace verdaderas maravillas visuales (en iOS creo que esto es más difícil, aunque lo desconozco), pero desde hace un par de meses yo he optado por el minimalismo puro y duro.
Para ello, utilizo Niagara Launcher, que permite elegir unas cuantas aplicaciones preferidas, que siempre se mostrarán en la pantalla de inicio, y el resto de ellas (que solo aportan ruido visual y distracciones) las deja en un segundo plano. Yo he seleccionado como principales la música, la lectura, el navegador , Whatsapp, el teléfono y Twitter (sí, sigo usando demasiado esta última), mientras que el resto las dejo ocultas. Cuando quiero usar Instagram, por ejemplo, tengo que desbloquear el teléfono, buscarla en una lista ordenada alfabéticamente (con todos los iconos blancos, recordemos), y entonces acceder a ella. En vez de medio segundo, tardo dos o tres (tiempo justo para cambiar de opinión).
Me costó unos días en acostumbrarme a Niagara Launcher, pero trae un montón de funcionalidades, tanto visuales como enfocadas a la productividad, y creo que merece mucho la pena. Tiene una versión gratis y otra de pago que desbloquea algunas funciones más. Yo tengo esta última, pero la gratuita es perfectamente disfrutable.
Esconde las aplicaciones que te hagan perder el tiempo…
En lo personal, Instagram y Twitter se llevan el 90% del uso inconsciente que hago del teléfono en el día a día. Estoy intentando usarlas mucho menos, y una forma lógica es quitarlas de delante de mis ojos. Con Niagara Launcher tengo la opción de ocultarlas (y es lo que he hecho con Instagram), de modo que cuando desbloqueo el teléfono no me saludan como anzuelos esperando que la presa (yo) pique en ellas.
Si no usas Niagara Launcher o algo por el estilo, tan solo quita las aplicaciones que no quieras desinstalar pero cuyo uso quieras limitar de la primera pantalla que ves cuando desbloqueas el móvil. Puedes dejarlas en el cajón de aplicaciones o crear una segunda página que te obligue a hacer scroll para encontrarlas.
Cuando añadimos un paso intermedio a los procesos que desarrollamos de forma automática, somos conscientes de ellos y tenemos tiempo de parar.
…y sustitúyelas por otras que quieras empezar a usar
Donde antes tenía Instagram, ahora tengo Google Books. Aprovecho así el “bug” que mi cerebro y mi dedo tienen cuando desbloqueo el móvil, que es buscar rápidamente y sin pensar una red social, y termino pulsando la app de lectura, que me ayuda a desarrollar un hábito que sí quiero.
Este intercambio entre apps que no quiero usar con apps que sí quiero usar lo llevo haciendo mucho tiempo, y los resultados son curiosamente interesantes. Busco un hábito que me interese desarrollar en los tiempos muertos o de forma asidua (correr, hacer ejercicio en casa, leer, aprender un idioma…), estudio qué aplicaciones pueden servirme para ello (Google Fit, Ejercicios en Casa, Google Books, Duolingo…) y las coloco en su lugar.
Ahora, cuando tengo un rato muerto, abro el móvil y en lugar de ver cien stories, leo un par de páginas del libro en el que estoy enfrascado estos días. Echando la vista atrás, he desarrollado un buen hábito de lectura sin ser consciente de ello.
Usa limitadores de tiempo en ciertas aplicaciones
Para reducir de forma aún más drástica (sin llegar a desinstalar) el uso de las aplicaciones que nos quitan más tiempo, puedes usar un limitador de tiempo. En Android (al menos en el mío), hay una aplicación que ya viene instalada que se llama Bienestar Digital, y entre otras cosas permite poner un límite temporal al uso de cada aplicación.
Si por ejemplo estás viendo un vídeo de Youtube y llegas al tope de tiempo que tienes configurado para esa app, te aparecerá una notificación a pantalla completa que te avisa de ello, bloqueándote la aplicación hasta mañana. Es como si te quitaran el teléfono de las manos cuando estás perdiendo el tiempo con él.
También tiene una funcionalidad que te permite ver cuánto tiempo gastas en cada aplicación del móvil, lo cual te hace consciente del uso que le das al mismo.
Yo ya no uso estos limitadores porque, con las estrategias que he comentado más arriba, me basta. El ocultar y cambiar de sitio apps, así como transformar el sistema a uno que no llame tanto la atención son detalles que me sirven.
Usa wearables para desbloquear menos el móvil
Nunca me han gustado las pulseras de actividad ni los smartwatches. Me parecen una idea muy potente, pero su uso diario no termina de casar conmigo. Aunque tengo que hacer unas matizaciones.
A principios de verano, y a la vista de que voy a hacer el Camino de Santiago, empecé a usar una vieja Xiaomi Miband 4 (típica pulserita de Xiaomi de 20 euros) para cuantificar pasos y guardar rutas. El caso es que la he configurado para que me avise de los Whatsapps y correos electrónicos que me interesan, y he notado que ahora desbloqueo mucho menos el móvil. Es por ello que he decidido añadir este punto al post.
De un simple vistazo a la pantallita, puedes ver si lo que has recibido merece tu tiempo o puede esperar. Es perfecto para evitar ese desbloqueo tonto que deriva en un uso descontrolado de aplicaciones come-tiempo.
Por último, borra aplicaciones que no uses
Este consejo quizás poco tiene que ver con un uso productivo o más sano del teléfono, pero mentalmente a mí me ayuda. Tener pocas aplicaciones, o las justas que sueles utilizar, me da paz mental.
Una vez al mes, más o menos, reviso todas las aplicaciones que tengo instaladas en el móvil, y elimino todas las que no he usado en los últimos días. Me gusta mucho probar apps nuevas pero luego olvido borrarlas. Con este pequeño hábito evito esa especie de Diógenes digital. La sensación de orden y limpieza en mi teléfono me gusta, y de algún modo me empuja a usarlo de un modo más responsable.
Genial!! Tomo nota, amigo, jeje